
Leticia Martín es gestora de desarrollo de Mémora en Las Palmas. Gestiona la relación integral con los prescriptores, principalmente hospitales y residencias, con el objetivo de alcanzar captación y fidelización, y al mismo tiempo también coordina proyectos de divulgación, sensibilización y formación.
¿Cuáles son tus funciones? ¿Cómo es tu día a día?
Mis funciones como gestora de desarrollo son diversas. Por un lado, gestiono la relación integral con nuestros prescriptores, principalmente hospitales y residencias, donde el objetivo es alcanzar captación y fidelización; y por otro lado, coordino los proyectos de la Fundación Mémora en Gran Canaria. Mi día a día consiste en tener una agenda bien organizada, hacer seguimiento diario, implementar nuestro Plan Relacional y hacer divulgación de nuestra labor para poner en valor el trabajo que realizamos en equipo, por ejemplo, asistiendo a la radio.
¿Cómo acompañas a los profesionales?
Con los profesionales mantengo comunicación prácticamente diaria, dando soporte emocional y formativo. A través de la Fundación, trabajamos el acompañamiento emocional, apoyo al duelo, orientamos al cuidado del cuidador…
¿Cómo creas los vínculos con las entidades y comunidades y qué importancia tiene?
Para mi es fundamental el compromiso personal, demostrar que otra manera de hacer las cosas es posible, desde la confianza, las relaciones humanas y las buenas prácticas. No todo se ciñe a los resultados, la gestión con las personas son un pilar fundamental.
Nos damos a conocer con talleres, charlas, jornadas que giran en torno el final de vida, y esto incluye apostar por el envejecimiento saludable de nuestros mayores, evitar la muerte en soledad, acompañamiento y asesoramiento emocional, y una larga lista que va más allá de lo que la gente cree que es una funeraria.
¿Qué proyectos coordináis los gestores de desarrollo?
Gestionamos diferentes proyectos con residencias, hospitales, fundaciones, asociaciones de vecinos, cuerpos de emergencias y seguridad como la Policía Nacional y Bomberos. Puede ser desde una aula de formación o una jornada científica en diferentes hospitales de referencia en el territorio. Además, recientemente estamos trabajando en un proyecto denominado ‘Ciudades que Cuidan”.
¿Qué importancia crees que tiene tu trabajo dentro de una funeraria?
Somos la persona de referencia entre la funeraria y los hospitales, residencias, entidades… Sin duda, podemos analizar las diferentes situaciones que se nos dan, así como poder cubrir necesidades que nos plantean de una manera personalizada.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Me gusta mucho poder ser útil en una parte de la vida que nos marca para siempre.
¿Cómo afrontas la muerte?
Pues de una manera muy natural, tengo claro que forma parte de cada uno de nosotros. Es importante darle espacio al miedo, a compartir nuestras emociones y a hablarlo con normalidad.
¿Ha cambiado tu forma de vivir la vida y la muerte desde que trabajas en Mémora?
Por supuesto. Ahora entiendo y comprendo qué hacemos antes, durante y después de afrontar un servicio funerario. Soy conocedora de todo lo que hay detrás de cada despedida y todo el esmero y esfuerzo que depositamos para que las familias lleven este proceso lo mejor posible. Para mi, Mémora es un antes y un después, este trabajo tiene algo que engancha y es sin duda, el poder formar parte de un proyecto que cambia la vida de las personas.
¿Alguna anécdota o recuerdo que quieras compartir?
La anécdota con la que me quedo es lo que me dijo una familia: no siempre se puede curar pero siempre se pude acompañar, y nosotros esto lo sabemos hacer.