Ester Crusellas es Directora de Recursos Humanos en Sant Andreu Salut (Manresa) y como responsable pero también como enfermera que es, considera que hay falta de profesionales cualificados dentro del sector salud y dificultad para retener el talento.
¿A qué te dedicas profesionalmente?
Yo soy enfermera de profesión y de vocación, pero la vida me ha llevado al mundo de la gestión desde hace unos años. Actualmente dirijo el departamento de recursos humanos de la Fundación Sant Andreu Salut, donde intento cuidar de los cerca de 600 profesionales que trabajamos juntos.
También hago de facilitadora en simulación en la Universidad de Manresa (UManresa) en los alumnos de enfermería, medicina y fisioterapia.
Sant Andreu Salut es una fundación ubicada en la provincia de Barcelona (Manresa y alrededores) y se dedica a atender, curar y cuidar principalmente a personas de edad avanzada. Lo hacemos con tres líneas de servicios: la atención intermedia (con un hospital), la atención a la dependencia (con 5 residencias y centros de día) y la atención social (con viviendas con servicios, servicio de atención domiciliaria y un comedor social).
¿Cuáles son los dos retos profesionales más importantes que tienes en estos momentos?
Mis objetivos principales en estos momentos son por un lado la captación de profesionales, ya que por todos es conocido la falta de profesionales cualificados que tenemos en el sector de la salud (faltan médicos y enfermeras) y también en las residencias (con falta de enfermeras y gerocultoras principalmente).
Por otro lado, y también muy importante, la retención del talento, que solo se puede conseguir cuidando de las personas que ya tenemos dentro de la organización.
Profesionalmente hablando, ¿cuál es tu peor recuerdo?
La pandemia que hemos vivido ha sido sin duda el reto más intenso y desconcertante al que nos hemos enfrentado. Hemos vivido los momentos más duros, cuando ves que los recursos materiales son escasos, cuando los profesionales enferman y no dispones de más personas y también cuando mueren las personas que atendemos en los centros siendo los profesionales los únicos que en aquel momento están a su lado y debes informar a las familias. Gestionar esta situación, conseguir el material necesario para proteger a los profesionales e intentar que no falten personas para cuidar a las personas y lo puedan hacer en las mejores condiciones posibles, ha sido muy duro. Creo que jamás, los que nos dedicamos a atender personas habíamos trabajado tantos días y tantas horas seguidas para tirar adelante.
¿Y el mejor recuerdo profesional?
No sería el mejor recuerdo, pero tampoco me gustaría no decirlo, la misma pandemia que nos ha traído los recuerdos más duros, también nos ha enseñado mucho. Hemos aprendido a adaptarnos a los cambios de manera mucho más rápida, hemos sido capaces de trabajar en equipo y coordinarnos en primer lugar dentro de la organización, pero también a nivel de territorio y con la sociedad. Hemos adelantado en el teletrabajo y las herramientas para hacerlo en condiciones óptimas, entre muchas otras cosas. De esta manera se constata que las situaciones límite siempre traen aprendizaje y algunas mejoras.
Los mejores recuerdos para mí siempre vienen de personas: cuando siendo enfermera tienes el reconocimiento de un paciente, una familia por la atención recibida, cuando a nivel directivo alguien cree en ti y te propone retos nuevos, y desde la posición actual, siempre que consigues alguna mejora para los profesionales.
En el proceso final de vida de las personas, ¿qué te parece más importante?
Las personas cuando llegan al final de vida deben poder estar acompañadas de sus personas más próximas y a la vez, si lo necesitan, deben poder tener los cuidados paliativos necesarios para poder morir sin sufrimiento, de manera tranquila. En poder conseguirlo somos especialistas en Sant Andreu Salut, donde des de la unidad de cuidados paliativos, pero también des de cualquier otra unidad se busca este objetivo de la manera más profesional posible. Y para esto queremos seguir trabajando y formando a nuestros profesionales.
Que la enfermera, trabajador social, cuidador esté al lado de las personas que sufren o mueren, ¿qué aporta (a los pacientes y a sus familiares)?
El equipo que atiende a las personas en el final de vida debe trabajar de manera muy coordinada para detectar necesidades. El poder trabajar en equipo interdisciplinar facilita la detección de necesidades y la posibilidad de avisar al profesional necesario en cada momento. ¡Todos los profesionales son igual de importantes! No olvidemos la persona que hace la limpieza que también en un momento dado puede detectar necesidades e informar al equipo.
¿Nos puedes recomendar un buen libro?
Un libro que me hizo reflexionar mucho entorno a la atención a las personas fue “Cuidate. Quince vivencias personales de cuidadores” de Gemma Bruna y Josep París. Lo he recomendado a muchos profesionales.
¿Música y película favorita?
En relación con la música tengo gustos muy variados, que van des de la huella musical que mi padre me dejó: Dire Straits, Joe Cocker, Elton John, Louis Amstrong, entre otros; el rock catalán, des de los 90 hasta el más actual; y pasando por la influencia de mi hija que también me ha aportado descubrimientos muy interesantes: Ed Sheran, Adele, Lewis Capaldi.
No soy muy cinéfila pero una película que me gustó mucho es “Intocable”.