Musicoterapia en pacientes de cuidados paliativos

Con la colaboración de la Fundación Mémora, el Hospital del Mar dispone de un programa de musicoterapia para personas que se encuentran ingresadas en la Unidad de Cuidados Paliativos. 

La música es una forma de expresión que trasciende las palabras y puede tener un impacto profundo en nuestras emociones y bienestar. Incluso, la música tiene el poder de curar, especialmente en el contexto de los cuidados paliativos.

Desde hace 10 años, el Hospital del Mar lleva a cabo un proyecto de musicoterapia, en colaboración con la Fundación Mémora, dirigido a pacientes que se encuentran en la Unidad de Cuidados Paliativos. A través de este programa, la música se ha convertido en una herramienta terapéutica poderosa para ayudar a los pacientes a expresar sus sentimientos y emociones durante la etapa final de la vida.

El testimonio de Beatriz Sogorb, quien acompañó a su pareja Carlos en su lucha contra un glioma de grado IV, refleja la importancia de la musicoterapia en el proceso de cuidados paliativos. 

El objetivo de la musicoterapia en este contexto es promover el bienestar, alentar experiencias positivas durante la hospitalización, aliviar la sintomatología depresiva y ansiosa, y facilitar la expresión de emociones tanto para los pacientes como para sus familiares. Lita Aristizabal, musicoterapeuta, psicóloga y cantante, desempeñó un papel crucial en el tratamiento de Carlos y Bea. A través de sesiones individuales y personalizadas, Lita ayudó a Carlos a encontrar la relajación, a conectar con sus emociones y a escapar de su enfermedad momentáneamente a través de la música.

Según la doctora Cristina Farriols, jefa de sección de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital del Mar, la musicoterapia permitió a Carlos experimentar una transformación notable, evidenciada por la monitorización de sus signos vitales. Su corazón pasó de latir rápidamente a un estado de relajación y bienestar. Además de relajarlo, la música le ayudó a expresar sus emociones y a explorar aspectos de su vida y experiencias pasadas.

Para Beatriz, la musicoterapia fue una experiencia hermosa y significativa. Le permitió expresar sus sentimientos y desbloquear emocionalmente, lo que le ayudó a comunicar su amor y gratitud a Carlos. La música se convirtió en un canal para expresar lo que las palabras a veces no pueden transmitir. Uno de los momentos que recuerdan especialmente es el día que le cantó, junto al hijo de ambos, aun bebé, una canción que compuso para él en las sesiones de musicoterapia. 

El proyecto de musicoterapia en el Hospital del Mar ha demostrado un impacto emocional positivo en pacientes con cáncer terminal. Además de reducir la ansiedad y el cansancio, la música mejora la calidad de vida de los pacientes y sus seres queridos. Esta iniciativa ha sido tan exitosa que ha derivado en un ensayo clínico pionero en el mundo, demostrando el poder terapéutico de la música en cuidados paliativos. La Fundación Mémora ha respaldado este proyecto y lo ha promovido en otros hospitales del país, reconociendo el valor de la musicoterapia como una herramienta crucial en el cuidado y el acompañamiento de pacientes en la etapa final de la vida.