Conocemos la figura de la trabajadora social en las Unidades de Cuidos Paliativos a través de esta entrevista a Carmen Delia García, del Servicio Canario de Salud en el Hospital Universitario de Gran Doctor Negrín en Las Palmas de Gran Canaria.
¿A qué te dedicas profesionalmente?
Soy trabajadora social. Mi trayectoria profesional se ha desarrollado en diferentes dispositivos que integra la red de Salud Mental en Gran Canaria. Desde 2020 empieza mi andadura por la Unidad de Cuidados Paliativos e integración en el Comité de ELA del Hospital Universitario de Gran Canaria, lo cual ha supuesto un crecimiento tanto a nivel personal como profesional.
¿Cuáles son los dos retos profesionales más importantes que tienes en estos momentos?
La regularización del Trabajo Social Sanitario en la Ley 44/2023 de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias y la inclusión de la misma en la Orden SND/ 1427/2023 de 26 de diciembre que recoge las bases para la creación de Diplomas de Acreditación en el Área Funcional de Paliativos.
Profesionalmente hablando, ¿cuál es tu peor recuerdo?
Todas las pérdidas son importantes, y hay casos en los que sientes impotencia y frustración, no poder hacer más, sólo acompañar y que sepan que estás ahí, me refiero a las pérdidas de adolescentes. Es muy duro la pérdida de un hijo/a en edades tempranas.
¿Y el mejor recuerdo profesional?
La intervención del trabajador social junto con el equipo interdisciplinar de la Unidad de Cuidados Paliativos desde el inicio de la enfermedad hasta el desenlace, permite obtener mejores resultados, afrontar la muerte con naturalidad y un duelo normal.
No olvidaré a un joven de 49 años, diagnosticado de ELA, soltero sin hijos que convivía con su madre dependiente en zona rural alejada. Apoyo fundamental por su único hermano y cuñada. Desde la primera toma de contacto nos percatamos de los factores de riesgo existentes, los cuales se irían agravando con la progresión de la enfermedad. Se realizaron todas las gestiones oportunas (Solicitud de incapacidad permanente, reconocimiento de discapacidad, dependencia, derivación a Servicios Sociales…)
En menos de una año se encontraba totalmente dependiente, a pesar de disponer de las ayudas técnicas (cama articulada, silla de rueda, aseo…) en las últimas visitas domiciliarias sólo manifestaba dolor, preocupación, angustia y miedo, su vida no tenía sentido. Las necesidades cada vez eran mayores. Se realizó derivación a centro sociosanitario obteniendo su plaza rápidamente. Sus palabras de agradecimiento, su sonrisa. Saber que sus últimos meses de vida, su vida si tuvo sentido, recompensa nuestra labor.
En el proceso final de vida de las personas, ¿qué te parece más importante?
Brindar cuidado activo e integral en las distintas dimensiones psicofísicas, sociales y espirituales. Atender a la persona, a su familia y su entorno social. Respetar la autonomía, deseos, preferencias del paciente, sus valores y su voluntad de morir en paz y con dignidad.
Los Cuidados Paliativos deben estar preparados para la atención a la diversidad, la muerte conlleva un complejo conjunto de creencias, emociones y actos que otorgan sentido a este acontecimiento.
Estar al lado de las personas que sufren o mueren, ¿qué aporta (a los pacientes y a sus familiares)?
Acompañar y dar apoyo especializado al paciente como a sus familiares aporta seguridad, confianza, mayor aceptación y afrontamiento de la muerte.
¿Cómo afrontas la muerte?
Morir es parte de la vida. El tiempo no espera por nadie, disfruto de cada momento de la compañía de las personas que quiero. Intento ofrecer lo mejor de mí. Si algún día me detectaran alguna enfermedad incurable, solo pido claridad en la información y respeto en mis decisiones.
¿Nos puedes recomendar un libro?
Violeta de Isabel Allende y El juego de almas de Javier Castillo.
¿Música y película favorita?
Me encanta escuchar estilos de música diferentes, mis preferidas las canciones de Marea, “Corazón de mimbre” y “Como el viento de poniente”. Normalmente suelo ver películas basadas en hechos reales, recomiendo 100 metros de Dani Rovira e Intocable dirigida por Oliver Nokade y Érik Toledano. Ambas reflejan el esfuerzo y la superación a pesar de las limitaciones, cómo se aprende a convivir con la enfermedad, el valor de la familia…