Las lápidas se convierten en un medio para recordar no sólo los datos de un fallecido, sino también lo que nos hizo sentir, o cómo querría que se le tuviera presente.
Jimi Hendrix es, y será por siempre, uno de los mayores guitarristas de la historia de la música. Su sencilla tumba en el Greenwood Memorial Park de Estados Unidos está acompañada de una lápida de granito ilustrada con una guitarra Stratocaster junto al epitafio "Forever in Our Hearts" (Siempre en nuestros corazones). Con esta frase, sus familiares buscaban transmitir su cariño y sentimiento por este artista. Y es que una lápida permite recordar no sólo los datos básicos del fallecido (nombre y apellidos, fecha de nacimiento y fallecimiento) sino también lo que nos hizo sentir, o cómo querría que se le tuviera presente. En este nuevo post vamos a ofrecer algunas ideas de inscripciones para lápidas.
Inscripciones en una lápida
Antes de la inscripción, deberemos elegir una lápida entre las diferentes opciones existentes. Se recomienda atender a las recomendaciones del personal de la funeraria, ya que conoce todas las posibles lápidas y cuál podría ajustarse mejor a las necesidades de la familia. Así, se podrá hacer más llevadero este momento tan difícil del duelo.
Tras decantarse por una lápida, será el turno del marmolista, que se encarga de los trabajos de la piedra, esto es, de ajustar la piedra a las dimensiones que se requieran. Además empleará la técnica necesaria para grabar los datos del fallecido, junto a alguna figura, si fuera solicitada.
El tiempo en el que una lápida podría estar disponible depende de factores como si está en stock o no. Si el marmolista no dispone de ella en ese momento y hay que fabricarla, el proceso puede alargarse por un tiempo estimado de hasta cuatro semanas. Una vez preparada, se traslada al cementerio para su instalación a cargo de los operarios de la misma empresa de lápidas.
Ideas para la inscripción
Con una inscripción en una lápida materializamos el recuerdo por nuestro ser querido. Por lo general, las lápidas en España presentan un esquema en el que aparecen los datos del fallecido antes mencionados (nombre, apellidos, fecha de nacimiento y muerte) acompañados de algún dibujo o figura.
Aunque los motivos religiosos continúan teniendo mucha importancia, cada vez es más habitual que para esa figura o dibujo se elija un elemento natural como puede ser una flor, o un ave, entre otros ejemplos.
Todo ello sin olvidar que los grabados suelen incluir, frente al RIP de hace siglos (Requiescat in pace), las siglas DEP (descanse en paz) o similares como QEPD (que en paz descanse).
Además de esos datos y figura o dibujo, la inscripción en una lápida también puede ir acompañada de una frase que contemple una dedicatoria o epitafio. Vayamos con algunas de las más empleadas:
“Tu familia (en general, o especificando los miembros) no te olvida”.
“Sus familiares ruegan una oración por su alma”.
“Te recordaremos siempre”.
“Jamás te olvidaremos”.
“Nunca muere quien es recordado”.
“Los que te quisimos en vida no te olvidaremos en la muerte”.
“Te vas de la vida, pero no de nuestros corazones”.
“Siempre estarás en nuestra memoria”.
“Tu recuerdo permanecerá imborrable”.
“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente”. (Juan, 11:25-26)
“Quererte fue fácil, olvidarte es imposible”.
Estos epitafios, y otros de corte similar, son algunos de los más habituales de encontrar en las lápidas.