¿Sabes cómo afrontar el duelo por una muerte inesperada? En este post trataremos sobre ello.
Duelo por muerte inesperada: definición
El duelo que surge tras una muerte inesperada se caracteriza por una serie de rasgos propios que lo hacen diferente a otros tipos de duelos.
El factor más destacado quizás sea el de sensación de irrealidad que se vive. Una sensación que hace que, de cara al exterior, parezca que en, un primer momento, el doliente no experimenta sufrimiento ante la pérdida de la persona fallecida.
Todo ello provoca que se crea que la persona que afronta un duelo por muerte inesperada adopta una actitud de gran serenidad o tranquilidad. Esto puede apreciarse desde fuera como consecuencia de su fortaleza, cuando no frialdad, aunque no es así.
Se trata, en realidad, de mecanismos de defensa que las personas adoptamos ante el dolor, más intenso si cabe cuando el fallecimiento de la persona querida se produce de repente.
Por eso, ante una muerte repentina, se necesitará más tiempo para enfrentarse a la pérdida y a los sentimientos que esta traerá consigo: dolor, angustia, falta de comprensión ante lo sucedido y hasta una sensación de inseguridad.
¿Cómo afrontar el duelo por una muerte inesperada?
Uno de los elementos que influyen de manera importante en la fase de duelo tras una muerte inesperada es el de cómo es comunicada la noticia.
No es igual enterarse del fallecimiento de repente a través de una llamada de teléfono o un mensaje, que de una manera más personal, sensible y cuidada, con la que la mente podrá ir anticipándose a la noticia y reduciendo su impacto emocional.
En cualquier caso, los psicólogos recomiendan que ante una muerte inesperada no se contengan los sentimientos. Es más, para una correcta adaptación ante lo sucedido hay que expresar las emociones.
Es muy habitual que el doliente experimente una sensación de culpa por sentir que no ha podido hacer nada para poder evitar el fallecimiento. Con ello intenta encontrar en sí mismo, y mediante esa responsabilidad, el sentido y el porqué de que haya tenido lugar esa muerte repentina que no puede entender ni afrontar.
Igualmente, cuando se produce una muerte en el entorno más próximo, el hecho nos sitúa de la manera más dramática posible ante la existencia de la muerte, un factor en el que habitualmente intentamos evitar pensar.
Pasos para superar una muerte inesperada
Se establecen hasta tres etapas a las que se enfrenta un doliente ante una muerte repentina.
- Creerse lo que ha pasado para poder superar la sensación de irrealidad que se experimenta y que lleva, como hemos apuntado antes, a que las personas afectadas en ocasiones parezcan mostrarse frías y no abatidas.
- Hacer frente a la tristeza, el enfado, la culpa y el dolor, además de a la incomprensión ante lo sucedido.
- El periodo de asimilación y superación de esa muerte.
Tres etapas durante las que es recomendable apoyarse en familiares y amigos, así como ponerse en manos de expertos si se requiriera, para superar el duelo y volver lo antes posible a nuestro día a día.