Jordi Rocamora es coordinador de celadores/as en el Hospital Universitario Vall d´Hebron de Barcelona. Su reto es "profesionalizar y dar la máxima visibilidad al trabajo de este colectivo esencial que está en contacto con el paciente desde su llegada hasta su salida".
¿A qué te dedicas profesionalmente?
Llevo 35 años en el hospital, 12 años como celador, 20 años como responsable de turno y desde el año 2020, como coordinador de celadores. Mi trabajo consiste en coordinar, organizar, gestionar y planificar a los celadores/as del Hospital Universitario Vall d’Hebron, colectivo que cuenta con una plantilla de aproximadamente 500 profesionales.
¿Cuáles son los retos profesionales más importantes que tienes en estos momentos?
Profesionalizar a los celadores y dar la máxima visibilidad a su trabajo, para ello, como ejemplo, este año vamos a realizar una Jornada de Celadores en nuestro hospital, que esperamos sea el primer paso para organizar unas Jornadas Nacionales dentro de nuestro centro hospitalario.
Profesionalmente hablando ¿cuál es tu peor recuerdo?
Mis peores recuerdos en concreto serian dos, el atentado de las Ramblas de Barcelona y la pandemia de la Covid, los sentimientos de tensión, desconcierto, tristeza se unían a la fuerza de luchar, la esperanza y superación de ganar esa dura lucha con un batallón de grandes compañeros/as, profesionales que no decayeron ni un solo segundo y de lo que, gracias a ellos, soy quien soy.
¿Y el mejor recuerdo profesional?
La gran respuesta humana y profesional por parte del colectivo que represento y del resto de compañeros de otros colectivos en momentos decisivos y complicados, como el atentado y la Covid en que los compañeros venían a trabajar y se ofrecían a doblar su jornada laboral o quitarse días de fiestas.
Recuerdo esa energía, esa fuerza que podía sentir a través de mi teléfono que no paraba de sonar, cuando me llamaban para ofrecerse a venir al hospital para colaborar en lo que fuera necesario, esos momentos hacen que me sienta muy orgulloso de formar parte de esta profesión.
En el proceso final de vida de las personas, ¿qué te parece más importante?
El respeto, apoyo, comprensión y empatía de esa vida que se pierde, que no se sientan solos ni la persona ni la familia y que, como institución hospitalaria, en esos duros momentos sepan que se ha hecho todo lo posible para cambiar ese triste final, custodiar el difunto hacia la morgue con la máxima atención y respetabilidad.
¿Qué crees que aporta tu figura en el hospital?
Es muy importante que la figura de Coordinador/a sea un celador/a con años de experiencia y contar con el apoyo de la Dirección de nuestro centro ha sido fundamental para avanzar y mejorar día a día en nuestra profesionalización.
El celador/a ha pasado a ser una pieza clave dentro del modelo de organización por Áreas de Conocimiento de nuestro hospital, consiguiendo una gran visibilidad de nuestro colectivo, además, como coordinador asisto semanalmente al Comité de la Dirección de Enfermería donde se exponen proyectos y mejoras, y donde la figura del celador/a es indispensable para coordinar la organización de los proyectos encaminados a mejorar la actividad asistencial.
¿Te gustaría que fuera más visible vuestra profesión?
Sí, por supuesto. Antiguamente nos llamaban mozos del cordel, después camilleros y en la actualidad celadores. Nuestra profesión ha evolucionado a pasos agigantados, los celadores/as de un hospital son profesionales por vocación, el motor las piernas y los brazos de una gran cadena compuesta por diferentes colectivos.
Formamos al personal en nuestro centro, ofreciendo formación en movilización de pacientes en el ámbito hospitalario, en pacientes medulares, preparación de las mesas de quirófano (perneras, brazales, arcos etc.) y el posicionamiento del paciente según la intervención, etc.
Me gustaría que sea necesario un ciclo medio de estudios de Formación Profesional y que seamos reconocidos como personal sanitario, ya que estamos en contacto directamente con el paciente desde su llegada al centro hasta su salida sea por un alta domiciliada o tristemente por defunción y acompañamiento a la morgue.
Tenemos un estatuto del año 1971, que no tiene nada que ver con la realidad actual ni con nuestras funciones ni tan siquiera se reconoce a la mujer celadora, algo impensable en nuestros tiempos, lamento mucho la falta de interés de la Administración Pública por no equiparar la figura del celador/a al resto de categorías profesionales sanitarias.
¿Nos pueden recomendar un buen libro?
La catedral del Mar escrito por Ildefonso Falcones historia basada en la ciudad de Barcelona
¿Música y película favorita?
Música: Coldplay – Viva La Vida. Película Bohemian Rhapsody.