Nicho, columbario, mausoleos… son algunas de las formas de enterramiento más comunes en nuestros días. Pero hace tiempo existió otra, muy generalizada, que recibía el nombre de túmulo funerario.
Túmulo funerario: qué es
Si nos ceñimos a la definición de la R.A.E nos encontramos con que el túmulo funerario es un “sepulcro levantado de la tierra”. Por su parte, el término túmulo viene del latín tumulus (elevación). Ambos conceptos nos dan una idea sobre este término, ya que el túmulo es un montón de tierra y piedras levantado sobre una tumba, o varias.
Sin embargo, los túmulos funerarios no siempre se edificaban con tierra, sino que en su acepción más antigua empleaban pilas de roca situadas directamente sobre el cuerpo del fallecido.
Con el paso del tiempo fueron evolucionando hasta formar colinas artificiales, incluso algunos de ellos llegaron a albergar cámaras funerarias en las que reposaban los restos de la persona que había muerto junto a sus pertenencias.
Historia
Durante milenios, el túmulo funerario se convirtió en un modo muy habitual de enterramiento de las personas difuntas. Aunque en la actualidad no se construyen algunos de ellos perduran y son joyas de alto valor arqueológico.
A lo largo de la historia llegaron a adquirir varias formas representativas: alargados y en cuenco (propios de principios del Neolítico); en campana (encuadrados en la Edad de Bronce); en estanque y en loma.
Cuál es la utilidad de los túmulos funerarios
En un principio, como hemos visto, el túmulo funerario consistía en una pila de rocas que se encargaban de cubrir el cuerpo de la persona fallecida. Con el paso del tiempo, además de como un medio de enterramiento, también sirvieron para reivindicar los derechos sobre las tierras en las que se situaban estos monumentos funerarios.
Túmulos funerarios famosos
A lo largo de todo el planeta hay un buen número de túmulos reconocidos por su alta importancia arqueológica.
Coldrum
El de Coldrum es un túmulo alargado con cámara ubicado en las inmediaciones del pueblo de Trottiscliffe, en el condado inglés de Kent. Está datado en el cuarto milenio antes de Cristo, por lo que corresponde al Neolítico inicial de Gran Bretaña. Aunque está en ruinas, por su longevidad se trata de uno de los túmulos funerarios más famosos del mundo.
West Kennet
El de West Kennet también es una tumba neolítica e igualmente presenta una forma alargada. Pertenece al conjunto megalítico de Stonhenge, Aveburty y otros enclaves relacionados que en 1986 entró a formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Gyengju
De Inglaterra nos trasladamos a la ciudad de Gyengju, situada en Corea del Sur, y que atesora túmulos donde yacen los restos de reyes de Silla, el reinado más importante del país. Por ello, en sus túmulos han aparecido varios objetos de valor, como joyas o artículos de cerámica.
San Jacopo
Ya en continente europeo, y más en concreto en Pisa, Italia, está el túmulo etrusco de San Jacopo. Este complejo monumental funerario con más de 30 metros de diámetro data de principios del siglo VII a.C, y está delimitado por losas de piedra irregulares clavadas verticalmente.